Esta práctica ha sido
condenada en los últimos dos mil años y a lo largo de la historia, el sexo anal
ha adquirido connotaciones negativas (en especial si es practicado por una
mujer) y ha sido rodeada de un anillo de misterio y secretismo.
La tenacidad del tabú a
lo largo de los siglos ha divulgado la idea de que el coito anal es
"antinatural", frente al coito vaginal, de hecho se consideraba como
algo de bajo instinto, algo vergonzoso y censurable que únicamente respondía a
una tentación, al vicio y por supuesto al pecado.
El sexo anal ha sido explorado
desde la Antigüedad, por personas de ambos sexos en diferentes culturas. En el
caso de la antigua Grecia, la
superioridad masculina se trasladaba asimismo a la práctica sexual, tomando el
hombre a la mujer por detrás y teniendo esta que adoptar una posición sumisa.
Su práctica es tan extendida que incluso ha llegado hasta nuestros días,
haciendo referencia directa al sexo anal, aunque en el coito a tergo puede ser
tanto anal como vaginal
Aunque en Roma no
estaba permitido que un ciudadano romano mantuviera sexo anal con otro
ciudadano romano (era mal visto), no había ningún impedimento si lo hacía con
un esclavo o esclava, haciendo de esto una situación tan ubicua y carente de
sentido…
Realmente la sodomía ha
sido considerado tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media cuando se
rumoraba que miembros de movimientos heréticos lo practicaban entre ellos. La mayoría de los clérigos cristianos no eran
del todo célibes como se pensaba, pero las órdenes más elevadas de algunos
credos heréticos sí lo eran, pero igual se generaba el rumor de su atracción
hacia miembros de su mismo sexo... Algunos retablos y drolleries medievales en
madera retratan a personas realizando anilinguo con un demonio mitad cabra,
mitad hombre. (Esto deja mucho a la imaginación…)
Esta práctica como lo
mencione al inicio ha sido condenada en los últimos dos mil años y en especial
por la mayoría de las religiones: tanto por ser infértil (es una de las
prácticas naturales más típicas para el control de la natalidad, en cuanto
coito substitutivo del vaginal), como por conllevar serios riesgos higiénicos.
Aún en 2007 la pedicación se considera delito en ciertos estados de Estados
Unidos de América, incluso dentro de matrimonios legalmente constituidos.
Actualmente el sexo
anal está considerado como una de las prácticas sexuales más extendidas en
parejas homosexuales y también heterosexuales. Estadísticamente hoy en día
mujeres y hombres confiesan disfrutar la sodomía. Aproximadamente el 40 % de
las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y, según otros
estudios, entre el 10 y el 20 % de las parejas lo practican con regularidad.
Incluso en algunos países de Latinoamérica la práctica es realizada por el 20 %
de las mujeres y el 24 % de los hombres, siendo la práctica más común tras el
sexo vaginal y el oral.
Aun cuando persisten ciertos mitos referente a
la libertad sexual femenina, la
lucha por los derechos y la equidad de género que
actualmente hoy se disfruta nos permite asumir una sexualidad más plena, con
la libre elección de nuestros actos (tampoco se debe perder de vista que
ese derecho va acompañada de
mucha responsabilidad)
La liberta sexual femenina no
es sinónimo de emancipación ni de libertinaje, que aun cuando así una mujer
pudiera decidirlo sin dejar de ser respetable, el espíritu de ese derecho
radica en que cada mujer debe elegir el camino que considere más pertinente a
su felicidad y sobre todo a su placer.
Las mujeres hoy en día, en su mayoría en edad promedio
desconocen su cuerpo. No saben cuáles son sus zonas erógenas, qué es lo que
pueden demandar y de qué forma obtenerlo. Todavía tiene muchos conflictos con
el placer y no se atreven a
realizar una práctica tabú como el sexo anal, pero está claro que cuánto más se
aprendan a conocer, más rápido podrán asumir su libertad sexual de la
mejor manera. Recuerda que la libertad sexual se
encuentra en el establecimiento de una sincera comunicación, con una misma o
con la pareja, donde se puedan expresar libremente los deseos…
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