El tráfico de mujeres y niñas para su explotación sexual es un negocio
altamente lucrativo y con escasos riesgos para sus organizadores, pero
ultrajante para las millones de mujeres y niñas explotadas bajo condiciones de
esclavitud en la industria del sexo.
Las primordiales
corrientes de este negocio ilegal fluyen desde los países en vías de desarrollo
hacia los más prósperos o como es el caso de mi país Venezuela que está
atravesando por una fuerte crisis económica y esa industria se ha aprovechado
de la mujer venezolana para ser explotada en otros continentes.
El tráfico de personas, que alguna vez se denominó trata de
blancas, existe y ha existido desde siempre. ¿Quién no ha leído o escuchado
sobre los diversos escenarios de opresión que se construyeron en torno a las
primeras civilizaciones y que se constituyeron en mano de obra para el
crecimiento de los imperios a costa de su libertad y de sus propias vidas?
(seguimos viviendo lo mismo pero con otro nombre)
Las
víctimas que son objeto de tráfico suelen encontrarse aisladas de las redes
sociales tradicionales y de los servicios gubernamentales. En muchos casos son
las mismas políticas migratorias impulsadas por los gobiernos las causantes del
problema (lo que ocurre con Venezuela y
su carencia de esfuerzo por resolver esta problemática), forzando a las
mujeres y niñas a mantenerse en situación de clandestinidad
Por diversos motivos (realmente es por la situación país) muchas
mujeres, y en menor cantidad hombres, se ven obligadas a recurrir a la
prostitución como medio de supervivencia o fuente de obtención de ingresos.
Algunas lo hacen voluntariamente, pero otras caen en las redes que reclutan,
transportan y venden mujeres y niños fuera de las fronteras nacionales. Estas
redes, generalmente, engañan a sus víctimas con promesas falsas de empleos
legales en restaurantes, bares, clubes nocturnos, almacenes, sembradíos y casas
privadas, entre otros, pero una vez que están aisladas son obligadas a ejercer
la prostitución. Europa se ha convertido en el continente de destino en donde
la cantidad de víctimas de la trata que llega a trabajar en la prostitución es
considerablemente grande.
Este tipo de
organización tiene su “Modus Operandi” y estos son algunos:
Reclutamiento:
Los tratantes utilizan diversos métodos para reclutar a sus víctimas, que van
desde el rapto liso y llano a la compra de la persona de manos de su propia
familia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la víctima potencial de la
trata ya está buscando una oportunidad de emigrar cuando se le acerca un
conocido o es atraída por un anuncio. A algunas se les hace creer que son
reclutadas para trabajar legalmente o casarse en el extranjero. Otras saben que
se las recluta para la industria del sexo, e incluso que serán obligadas a
trabajar para devolver lo mucho que ha costado su reclutamiento y transporte,
pero son engañadas acerca de sus condiciones de trabajo. Se trenza así una enmarañada
red de dependencia en la cual los traficantes generalmente intentan adueñarse
de la identidad jurídica de la víctima, reteniendo su pasaporte o sus
documentos.
Dependencia
con la red: Su entrada o permanencia en el país de
destino suele ser ilegal, lo cual no hace más que aumentar su dependencia de
los tratantes. Está muy amplificada la subordinación por deudas, permitiendo
controlar a las víctimas de la trata y garantizar su rentabilidad a largo
plazo; con frecuencia, los tratantes recurren a la coerción física y a actos de
violencia e intimidación, e incluso a las drogas como métodos para lograr una
dependencia de la víctima hacia sus victimarios. En muchos casos, los miembros
de las redes son a su vez consumidores de drogas, al igual que los clientes,
quienes obligan a las víctimas a consumir sustancias psicoactivas que las
convierten en drogodependientes haciéndolas caer cada vez más al fondo de su
pesadilla.
Anuncios
en periódicos: Los traficantes se anuncian en
periódicos locales ofreciendo buenos empleos y paga elevada en ciudades
atractivas. “Se solicita muchacha de buena presencia para acompañante de
ejecutivo”, “Agencia internacional de modelos necesita jóvenes para trabajar en
Europa”, “A Europa, con papeles, residencia y trabajo en empresas turísticas”,
“Becas para estudiar en Estados Unidos”. Sin olvidar que todos estos avisos
ofrecen boletos aéreos y estadía en el país de destino (son propuestas
difíciles de resistir). Éstos son apenas unos ejemplos de las “ofertas de
trabajo y estudio” que he visto en los
periódicos de circulación nacional.
Agencias fraudulentas de empleo, de viajes y
de concertación de matrimonios: Estas agencias atraen a
hombres y mujeres jóvenes a las redes del tráfico. A través de estas agencias,
se hacen ofertas de trabajo y de posibilidades de éxito en el exterior mediante
personas que laboran dentro del país. A la persona contactada se le ofrece,
además de empleo, toda la documentación que, en efecto, es legal: pasaporte,
visa, pasajes y alojamiento. El perfil de las personas seleccionadas es
definido con anterioridad y mucho esmero por quienes habrán de contactarlas.
Internet:
Otro factor que está incurriendo en el crecimiento del tráfico de personas es
la Internet, medio que usan los tratantes para captar víctimas (especialmente
jovencitas) a quienes les hacen ofertas de trabajo o becas para estudio en el
exterior. Al llegar al país elegido, a estas mujeres las esperan los
responsables de la “empresa contratante”. Una vez pasada la puerta del
aeropuerto, les piden los pasaportes y las llevan al sitio donde se van a
hospedar temporalmente; allí les descubren la realidad: tienen que trabajar
como prostitutas bajo las “leyes” de la esclavitud.
Cuando se habla de
trata de personas, lo más común es que pensemos en mujeres y prostitución, pero
realmente nos quedamos cortos. Las formas de esclavitud van mucho más allá y la
prostitución forzada es apenas una de ellas: pornografía, turismo sexual,
trabajos forzados, niños soldados y soldados en cautiverio, matrimonios
serviles, mendicidad, servidumbre por deudas o los actos forzados en prácticas
religiosas y culturales, los videos snuffs, entre otras, son las otras caras de
esta realidad que nos negamos a aceptar y que personalmente escribir este
artículo afecto mi estabilidad emocional debido a tantas historias de mujeres
que lograron escapar para contar su historia.
Por tanto, se debe
visibilizar el fenómeno en torno a la prevención y a la sensibilización, pues
el desarrollo humano de todos los venezolanos se encuentra lejos de ser
integral y no se tiene una expectación de que el gobierno quiera optimizar el
bienestar, por consiguiente se seguirá viendo disminuido si no hacemos algo por
erradicar este terrible mal que nos envuelve día a día.
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