Suele ser motivo de
dudas y controversia el interesante tatuaje que llevo en mi espalda que dice “soy esclava
de la libertad” realmente el significado que tiene para mí es muy diferente al que cada
persona le suele dar.
Voy aclarar primero mi
gusto por los tatuajes, y este no es un gusto por estar a la moda sino que como muchos
de los que caminamos con este tipo arte bajo nuestra piel, lo escogemos como un
medio de expresión y es por eso que yo decidí usar mi cuerpo como lienzo para
inmortalizar un escrito que representa mi vida y lo que actualmente soy.
Hace unos meses atrás,
en mi programa de radio hable sobre la libertad y los tipos de libertad que
seguramente todos deseamos tener, pero como dice Goethe: “solo es digno de libertad quien sabe
conquistarla cada día”. Realmente la existencia de la libertad
implica necesariamente la ausencia de dependencia, subordinación, o sujeción.
A lo largo de los años, la
libertad ha sufrido múltiples cambios en la forma de percepción que la sociedad tenia de
la misma; y por consiguiente el lugar que se le proporcionaba.
Ser libre es un privilegio que te da el poder
decidir, actuar y opinar sobre tu vida
(Libertad interna), y sobre tus ideales (Libertad externa), cuando sepas que es
lo que quieres sabrás hasta
donde deberás y querrás llegar.
La verdadera libertad
no se encuentra en criticar al mundo o criticar a un individuo. Asimismo, la verdadera
libertad no se halla en meramente apreciar y admirar el mundo o a la humanidad en su
conjunto. La verdadera libertad se encuentra únicamente en nuestra unicidad
inseparable con el llanto interno del mundo y su sonrisa externa.
Mi libertad externa es
a menudo auto-impuesta y
de auto-satisfactoria
obligación. Mi
libertad interna es el
poder innato de mi aspiración eterna y mi realización infinita. La pregunta primordial que
me suelen hacer es si ¿la libertad interna y la libertad externa pueden o no correr la
una al lado de la otra? Y les respondo que ciertamente pueden e indudablemente deben.
La libertad interna sabe lo que tiene y lo que es (realización). La libertad
externa debe saber lo que quiere y lo que necesita (transformación). Cuando mi libertad externa es
transformada con toda el alma y sin reservas, inmediatamente deviene en el poder
más grandioso y el orgullo más alto de mi libertad interna.
Ser una mujer libre no
significa que estaré exenta de responsabilidades y que jamás tendré pareja ya que algunos señalan que
cuando te casas pierdes tu libertad y la palabra esposo ya suena a condena (esposada,
capturada y secuestrada) e inmediatamente surge la interrogante ¿Cómo puede haber
libertad si no puedes seguir eligiendo después que te casas? Como dice
Khalil Gibran “… vivid juntos, pero no demasiado próximos; ya que los pilares del
templo se erigen a la distancia, y el roble y el ciprés no crecen a la sombra uno del
otro…” así estaríamos lejos de la dependencia emocional y cercanos a la libertad
de elección para confirmar que fue una buena idea estar unida en acertado matrimonio.
Por último, para mí la
libertad es explosiva esto es lo que me dice el vital. La libertad es expresiva eso es lo
que me indica el cuerpo. La libertad es costosa según es lo que me comenta la mente. Pero
también la libertad es iluminadora eso es lo que me susurra el corazón. Y sin lugar a
dudas y definitivamente la libertad es satisfactoria eso es lo que me grita el alma.
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