El fin de las ataduras psicológicas



Romper el silencio, armarse de valor, alzar la voz contra la indiferencia, decir ¡basta de violencia! a todo pulmón y caminar hacia adelante con pasos firmes... Bastante fácil de decir pero es una decisión que aterra cuando eres TU la que duermes todas las noches con el agresor al cual de dices llamar esposo.

Quiero RECORDAR nuevamente que las mujeres generalmente
afectadas por la violencia son incapaces de ayudarse a si mismas. Esto es la consecuencia del desgaste psicológico que provoca la continúa exposición a la violencia y al desprecio. Las mujeres que son víctimas de los malos tratos, se sienten desamparadas e incapaces de lograr sus objetivos de vida, pasando a un estado de carencia de motivación. Como resultado de un proceso sistemático de violencia, la víctima aprende a creer que está indefensa, que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil (Yo también pase por esta etapa).

Conocer el concepto de la indefensión aprendida y el ciclo de la violencia contra la mujer te permitirá entender el hecho de que muchas mujeres maltratadas no se vayan del hogar. Este terrible síndrome provoca una “adaptación psicológica”, es una "salida" que usamos las víctimas para procesar tanto dolor, terminamos creyendo que es una situación sin salida ante la que no hay nada que se pueda hacer. La incapacidad para reaccionar es consecuencia del deterioro psicológico que produce tanta violencia. Generalmente no basta con la decisión para poner fin a la violencia. Es necesario el apoyo de profesionales para romper con esa situación.

Tarde o temprano existe ese deseo de querer librarse de ese verdugo y es cuando inicia el proceso de romper ataduras que es romper con aquellos lazos que nos sujetan al dolor, al sufrimiento, al detenimiento en nuestra evolución. Dejamos la rigidez de lado, comenzamos de nuevo a reaprender el camino que nos dará alegría y por consiguiente mejorara nuestra salud.

Hoy son exactamente dos años que me aleje de ese verdugo que destruyo mis sueños, que cambio mi interior y transformo mi exterior por completo, pero después de caer tan hondo ya no se puede llegar mas abajo y desde ese momento solo queda subir...
como lo he dicho en artículos anteriores de la cicatriz (psicológica) que me quedo por ser victima de violencia domestica me hice un hermoso tatuaje que simboliza todo lo que viví y a su vez me recuerda que NUNCA JAMAS volveré a permitir maltrato.
Todas merecemos una mejor calidad de vida, no formemos parte de la estadística, ¡rompe el silencio y libérate de esas ataduras!



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