La maternidad es la vivencia que tiene una mujer por el hecho biológico de ser madre. Si bien el sentimiento maternal se desarrolla a partir del nacimiento de un hijo, con anterioridad al embarazo es muy frecuente que la mujer desarrolle un instinto maternal, es decir, el anhelo de tener un hijo, cuidarlo y educarlo. En este sentido, el instinto de la madre es un concepto biológico que va más allá de la mujer como ser humano, ya que la mayoría de mamíferos también lo manifiestan. Cada mujer siente la maternidad desde una perspectiva muy íntima, pues se trata de un conjunto de emociones personales que no son uniformes, sino que presentan todo tipo de matices relacionados con el amor y la protección.
la maternidad está generalmente asociado al vínculo entre una mujer y un bebé. Esta idea sería como un aspecto parcial de la maternidad en conjunto, pues en realidad se trata de una experiencia vital más amplia en el tiempo y que no depende de la edad del hijo. Al margen de la vivencia individual, la maternidad puede concebirse desde otros enfoques. En el ámbito de la medicina existe una especialidad orientada a la salud de las madres durante el embarazo (la obstetricia), así como secciones hospitalarias destinadas a la atención y el cuidado de las mujeres embarazadas. Desafortunadamente la maternidad también tiene un sentido comercial. De hecho, hay toda una serie de establecimientos, productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de las madres. Incluso se podría hablar de todo un mundo literario relacionado con esta vivencia (blogs y publicaciones con consejos, reflexiones y testimonios diversos).
Cuando una mujer espera un hijo, el aspecto fisiológico se sitúa entre el consciente y el inconsciente. El hecho de estar embarazada es la materialización del deseo inicial de tener un hijo, pero la realidad del embarazo (o de su interrupción) también depende de factores psíquicos. Pasar del deseo de tener un hijo a la maternidad no es tan sencillo. ¿Desear o querer? Desear no es lo mismo que querer, aunque sean nociones similares. Hoy en día hay una tendencia generalizada entre las mujeres a querer «programar» al máximo la maternidad. Sin embargo, esta determinación no se adapta necesariamente a la naturaleza: la concepción es un claro ejemplo de que la decisión no siempre va acompañada de un resultado inmediato. Muy pocas veces la afirmación «tendré un hijo cuando yo quiera» suele hacerse realidad. El embarazo puede llegar en el momento menos pensado, lo que significa que es imposible controlarlo absolutamente todo
Desde un punto de vista social, la mayoría de países establecen leyes que protegen y amparan la maternidad. Este tipo de regulación se realiza con permisos para la atención de los recién nacidos, reducción de la jornada laboral o la autorización legal para la lactancia materna durante la jornada de trabajo. La dimensión social de la maternidad es igualmente una cuestión de cierta importancia colectiva, ya que el índice de nacimientos es uno de los parámetros esenciales para el correcto equilibrio de la población.
En los últimos años los avances médicos relacionados con la maternidad han permitido que las fronteras de lo que significa ser madre se alteren significativamente. Un claro ejemplo, es el de los vientres de alquiler, denominada legalmente como maternidad subrogada.  Es una mujer que, de común acuerdo con una  pareja, acepta que se le transfiera a su útero el embrión previamente engendrado mediante fecundación in vitro por esa pareja, con el fin de quedar embarazada de dicho embrión, gestarlo a término y parirlo en sustitución de la mencionada pareja. La India es la capital mundial de los vientres de alquiler, ya que es más simple y rentable que en cualquier otro país. La subrogación en la India es legal y está regulada para proteger los derechos del bebé, de la madre de alquiler, y de los padres genéticos.
 Ser madre no es un evento más en la vida de una mujer, sino que es un compromiso que aceptaremos por el resto de nuestra existencia, recuerda que solo tienes 9 meses para que tu vida cambie significativamente desde el momento en que tengas a tu bebe por primera vez en tus brazos aunque La crianza de los hijos  es una de las tareas más difíciles y para la cual sentirás que nunca estás preparada pero recuerda que es la más reconfortante del mundo.


Gracias por incluirme desde el primer momento que descubrimos que estabas embarazada  y por permitirme ver a mi sobrino cuando solo tenía cinco minutos de haber nacido, gracias por hacerme participe en cada una de tus experiencias como madre. En honor a mi hermana que tengo el inmenso privilegio de ver como día a día hace una gran labor como madre.

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