Como Disfrutar tu sexualidad y no sentirte “zorra” en el intento

El apetito sexual femenino sigue siendo motivo de agitación social y la liberación sexual sigue siendo un tema candente. La primera revolución sexual adquirió lugar en los años 70, hoy en día estamos en una fase de madurez en la que la sexualidad forma parte de un movimiento de emancipación más global.


En el año 1750 se prohíbe la masturbación, solo se permitía acariciar el clítoris en las relaciones de pareja y con el único motivo de mejorar la fertilidad (que situación tan injusta cabe destacar). En 1876 se estudia el ciclo menstrual femenino y se sabe que el orgasmo no tiene nada que ver con la fertilidad de las mujeres así que se deja de aprobar con esos fines (¿acaso las mujeres no tenían derecho al placer?).  No nos engañemos, la mujer de hoy sigue siendo mostrada desde una perspectiva misógina y androcéntrica, como algo que está ahí para complacer, no como un ser digno de respeto. Lo que supuestamente iba a liberarnos resulta que ha perpetuado y reforzado comportamientos sexistas, machistas y patriarcales.

La principal amenaza hoy en día, más allá de los dictados de la norma y demás usos mercantiles de la sexualidad femenina, es el movimiento retrógrado al cual asistimos (cuestionamiento del aborto, violaciones y un recrudecimiento de la violencia machista, integrismo religioso http://www.laverdadcatolica.org/LaLiberacionFemenina.htm, retorno de la vieja moral, etc.) ¿Cómo explicar este fenómeno? «Se trataría de un gran temor a la sexualidad femenina». De ahí la voluntad de mantener el deseo de las mujeres bajo un muro de silencio, como si la liberación sexual pusiera en peligro la hegemonía masculina, y junto con ella un cierto orden sexual establecido.

En términos legales la libertad sexual es un derecho relacionado con la libre disposición del cuerpo, la intimidad y el derecho inalienable a la intimidad y libertad de las personas. El reconocimiento legal de la libertad sexual no siempre ha existido ni está recogido en todas las legislaciones -las mujeres casadas en la legislación de muchos países carecían y todavía carecen del reconocimiento de libertad sexual ante el marido; en algunos países las familias pueden despreciar, castigar e incluso castigar a las mujeres solteras si mantienen relaciones sexuales no consentidas por la familia, o si, por el contrario, no consientan una relación sexual con el marido. Hablemos con claridad, las mujeres liberadas siguen siendo (sí o sí) “unas zorras”. Por suerte se trata de estereotipos. La liberación sexual va de la mano de una responsabilidad de su propio deseo y placer, y de la búsqueda de una alianza con la pareja. El movimiento está en marcha. Los errores, la mercantilización y las decisiones equivocadas forman parte de la evolución.
La clave para disfrutar de una relación sexual, sea la primera vez o de manera reiterada, es que estés convencida de querer hacerlo (no importa las razones que sean: atracción, deseo, curiosidad, etc). La idea es deleitarse sin culpas. Tener una vida sexual satisfactoria es clave para sentirte bien y tomar mejores decisiones.


Para lograrlo, lo primero que debes hacer es estar convencida y conocer muy bien tu cuerpo, qué tipo de sensaciones tienes, qué te gusta o no, pero aunque suena muy corriente, aún hay mujeres que
no están al tanto sus órganos sexuales.
 El hecho de conocerse bien, te ayuda a ganar autoestima y disfrutas plenamente de tu vida sexual:
Algunas mujeres pueden notar una excesiva sensibilidad en el glande del clítoris y la estimulación directa se percibe molesta. Estas mujeres disfrutarán más de la estimulación de las raíces del clítoris que se puede realizar acariciando alrededor del glande.
Otras no notan sensibilidad en las raíces mencionadas y necesitan una estimulación directa del glande.
La raíz que rodea la uretra puede ser estimulada a través de la vagina acariciando la pared delantera de esta. Es posible que la mujer note unas ganas inminentes de orinar, esto es normal y ocurre por irritar la uretra de alguna manera, pero no daña ningún tejido y tampoco van a expulsar orina.
En la penetración se puede rozar el clítoris con el cuerpo a cuerpo y en las posturas en las que ella está encima podrá controlar qué parte de la anatomía de este órgano estimular y a qué ritmo.

Conoce tu cuerpo y acaríciate, relájate y deja volar tu imaginación, ¡verás cómo te lleva a lugares insospechados! Hazlo con ternura y sin prisas, ¡demostrarse cariño a una misma requiere su tiempo! ¡Disfruta libremente el proporcionarte placer! 

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