Efectos del abuso verbal en la pareja delante de los niños

Para bien o para mal, cuando eras niño integrastes a tus padres dentro de ti, es normal que los padres no estén de acuerdo en todo, es posible que no estén de acuerdo en asuntos relacionados con el dinero, las tareas domésticas o en cómo pasar el tiempo. Tal vez discrepen en cosas importantes como las decisiones que necesitan tomar sobre la familia. Pueden incluso no estar de acuerdo en pequeñas cosas que carecen de importancia como qué van a cenar o a qué hora llega alguien a casa. Las parejas que se irrespetan reiteradamente o se agreden de diversas formas y tienen hijos suelen dejar en ellos huellas, en ocasiones, difíciles de borrar.
 Pero muchas veces, cuando los padres no están de acuerdo, lo resuelven con una fuerte discusión generando bebés irritables y difíciles de calmar o niños agresivos. Una discusión es como una pelea en la que se utilizan palabras que pueden doler más que un golpe y hasta esas discusiones silenciosas cuando los padres se enfadan y dejan de hablarse pueden preocupar a los hijos.

Dejan en los hijos problemas de autoestima:
La autoestima negativa es un efecto de presenciar abuso verbal. Un niño aprende a asociar los malos sentimientos,

las malas palabras y los resultados de los ataques verbales contra otros. Los niños pueden sentir y ver el resultado del abuso verbal. Esto se complica cuando uno de los padres es el receptor de tales abusos y tiene baja autoestima como resultado. El niño reflejará esa baja autoestima si es testigo de tales patrones de comportamiento debido al abuso.

Problemas de ira:
Si un niño ve a uno de sus padres haciendo uso del abuso verbal como medio de control, él también será propenso a usar este tipo de tácticas para su propio beneficio. Por ejemplo, si un niño vive en un hogar donde el padre abusa verbalmente de la madre para conseguir lo que quiere, y logra hacerlo, el niño puede equiparar tal

comportamiento con salirse con la suya también. Este problema se convierte entonces en un factor de desarrollo social, emocional y educativo del niño.

Depresión y ansiedad:
Los niños pueden deprimirse o angustiarse al presenciar casos repetidos de abuso verbal. El trauma emocional puede manifestarse en tales condiciones psicológicas. Los niños deprimidos comenzarán a aislarse de amigos, familiares y otros, además de tener baja autoestima y autovaloración. La ansiedad es otro efecto secundario emocional de estar en presencia de abuso verbal. Los niños pueden volverse cada vez más ansiosos, ya que anticipan y temen la próxima ronda de abuso verbal.

Problemas de concentración:
Un niño puede sufrir de problemas de concentración por estar en presencia del abuso, ya que empieza a preocuparse y obsesionarse abiertamente por los eventos anteriores y futuros centrados en el abuso verbal. Este problema puede causar inconvenientes con las tareas escolares y el comportamiento en la escuela. La concentración también podría afectar la vida cotidiana, ya que algunos niños se vuelven olvidadizos o faltos de la concentración necesaria para realizar tareas diarias y rutinarias.

Cuando los niños presencian el abuso verbal entre las dos personas que más quieren en el mundo, es una experiencia devastadora y los afecta profundamente. Crecen con la idea de que este tipo de amor y de drama es normal, y los efectos pueden perdurar por mucho tiempo después de que se convierten en adultos y dejan su casa disfuncional.

A veces los padres no están de acuerdo pero saben hablar con tranquilidad, dándose mutuamente la oportunidad de expresar su punto de vista y escuchar el punto de vista del otro sin necesidad de afectar a los hijos. La buena noticia es que cuando las persona comienza a ser consciente de que esas actitudes molestan para el pleno desarrollo de su vida y el de los hijos surge el deseo y la necesidad del cambio. Más allá de que es difícil mantener a raya rasgos de personalidad que en cierta manera nos definen como persona y , si podemos trabajar en ellos para que no estorben, para que no nos limiten en nuestra experiencia vital