Todo comenzó con el apresurado casamiento de mi amigo, pues como él decía
que ya se estaba haciendo viejo (estaba por cumplir 30 años) ya tenía carro, apartamento y un buen empleo…
Necesitaba casarse y entro en una
búsqueda exhaustiva por esa candidata ideal, Es bien sabido que para los
hombres existen las mujeres para divertirse y las que son “dignas de compartir
su vida”. ¿Qué es lo que hace la diferencia? Que una es sumisa y la otra es libre. La sumisa es dócil, manejable, fácil
de crear dependencia emocional. La libre es independiente, osada, Que tiene capacidad para
escoger lo que quiere y lo que no.
La gran mayoría de los hombres se
terminan casando con la sumisa, porque es la que ven apta para tener hijos y
mantener un hogar (seguimos con ese patriarcado muy arraigado). La escritora
estadounidense Betty Friedan publico en 1963 La mística de la feminidad. Allí
saca a la luz pública el malestar de todas aquellas mujeres que vivían una vida
acomodada y en apariencia feliz. Sin embargo, experimentaban un inmenso vacío
existencial, soledad y depresión. Friedan se opone a la idea de que el
propósito en la vida de una mujer era ser esposa y madre. Esta obra remueve
profundamente los cimientos de aquella imagen prefabricada de la ama de casa
feliz y realizada.
En el año 1949, la escritora y
filósofa francesa Simone De Beauvoir, publica El segundo sexo, obra fundamental
del feminismo del siglo XX. Ella plantea que una mujer no nace, sino que se
hace, según los condicionamientos que le imponga su entorno sociocultural. Actualmente
el término utilizado para describir la esclavitud doméstica es “ama de casa”, mujeres que
están en el hogar trabajando las 24 horas al día y los 7 días a la semana. De
la mujer ama de casa se esperan tradicionalmente muchas cosas, pero sobre todo
abnegación, cuyo significado es literalmente "negarse a sí mismas" en
aras de la familia tradicional, especialmente para proteger a los hijos.
Obviamente no es sorprendente que mujeres feministas cuestionemos fuertemente
dicho rol tradicional del ama de casa, y busquemos cambiarlo.
El sociólogo Michael Flood, de la
Universidad de Wollongong, define la misoginia como el odio hacia la mujer y
señala: Aunque más común en hombres, la misoginia también es practicada por las
mujeres contra otras mujeres o incluso hacia sí mismas. La misoginia funciona
como un sistema de ideologías o creencias que han acompañado a las sociedades
patriarcales o dominadas por hombres por miles de años y continúa colocando a
la mujer en posiciones subalternas con poca posibilidad de poder o de toma de
decisiones, de hecho Aristóteles sostenía que la mujer existe como una
deformidad de la naturaleza o como hombres imperfectos.
Entonces las mujeres escogidas a dedo, es escogida para ser esclavas, para reprimirse
y para negarse a sí mismas…
Quiero aclarar que ser una mujer insubordinada
no significa que estaré exenta de responsabilidades y que jamás tendré pareja
ya que algunos señalan que cuando te casas pierdes tu albedrío y la palabra
esposo ya suena a condena (esposada, capturada y hasta secuestrada) y seguidamente
germina la incógnita ¿Cómo puede haber libertad si no puedes seguir eligiendo
después que te casas? Como dice Khalil Gibran “… vivid juntos, pero no
demasiado próximos; ya que los pilares del templo se erigen a la distancia, y
el roble y el ciprés no crecen a la sombra uno del otro…” así estaríamos lejos
de la dependencia emocional y cercanos a la libertad de elección para ratificar
que fue una buena idea unirse en congruente matrimonio.
Se tiene que romper ese eslabón, ese
seguimiento de mujeres sumisas, de abnegación. Debemos enseñarles a nuestros
hijos que las mujeres son muy inteligentes y son tan igual a los hombres,
capaces de hacer todo que no solo vinimos a este mundo a ser esposadas y
sumisas para criar hijos sino que somos
tan fuertes e inteligentes como los hombres.
Nosotras las feministas debemos oponer
resistencia a la idea de que hemos sido vencidas por el sistema patriarcal.
Yo necesito
querer y ser querida
Necesito dar
y recibir
Necesito
trabajar y descansar
Necesito
admirar y admiración
Necesito ser
útil y sentirme útil
Necesito
soñar y saber que alguien sueña conmigo
Necesito
poseer y ser poseída
Necesito
lucha y calma
Necesito
compañía y soledad
Necesito
vivir y dar vida
Necesito entregarme y permanecer
libre.
Dedicado a todos mis amigos que han
escogido a dedo a sus esposas y que han terminado en matrimonios de apariencia
feliz, pero sabemos que en el fondo no es precisamente eso...
Gracias Sr. Padrón por esa
conversación a las 5 am que ha sido el empuje para terminar este artículo que
estuvo en borrador casi 2 años. Nuevamente gracias por confiar en mí.
Comentarios
Publicar un comentario