Esclavitud doméstica

Durante siglos la mujer fue vejada, manipulada y sub valorada, por muchos años la mujer no tuvo derechos políticos, mucho menos votar o postularse a un cargo público, tampoco podía elegir con quien casarse, asistir a una universidad, estudiar ciertas carreras, aparte de que éramos víctimas de terribles maltratos dentro del seno familiar… Esto último sigue sucediendo a diario y en lo que respecta a las formas de ser utilizadas estas han variado y se han tecnificado con el paso del tiempo. Actualmente el término utilizado para describir la esclavitud doméstica es “ama de casa”, mujeres que están en el hogar trabajando las 24 horas al día y los 7 días a la semana. De la mujer ama de casa se esperan tradicionalmente muchas cosas, pero sobre todo abnegación, cuyo significado es literalmente "negarse a sí mismas" en aras de la familia tradicional, especialmente para proteger a los hijos. Obviamente no es sorprendente que mujeres feministas como yo cuestionemos fuertemente dicho rol tradicional del ama de casa, y busquemos cambiarlo.

Si bien es cierto que el Capitalismo es el primer favorecido, tanto de la opresión de las mujeres en la familia, como de toda la porquería sexista que se utiliza para vigorizar el papel de la mujer como ciudadana de segunda clase, reforzando su autoridad con publicidad machista para nuestras hijas, forzándonos a criar futuras amas de casas y hombres patriarcales.

Hagamos algo; “adentrémonos en el tiempo” Si algo se puede destacar, desde el inicio de la tradición marxista en cuanto a la emancipación de la mujer, es que el inconveniente no ha sido nunca contemplado teóricamente como un asunto que concierne solo a las mujeres, sino como un tema en el que se debe implicar el conjunto de los lideres revolucionarios, tanto hombres como mujeres. El revolucionario ruso León Trotsky escribió: “Para cambiar nuestras condiciones de vida, debemos aprender a mirar a través de los ojos de las mujeres”. Del mismo modo, V.I. Lenin, solía referirse a la opresión de las mujeres dentro de la familia como “esclavitud doméstica”. La esclavitud doméstica, a la que Lenin hace referencia, es un elemento central en la teoría marxista sobre la opresión de las mujeres: la fuente de la opresión de las mujeres radica en el papel de la familia como reproductora de la fuerza de trabajo para el capitalismo, y en el papel desigual de la mujer en su seno. Mientras que la familia de las clases dominantes ha funcionado históricamente como una institución a través de la que transmitir la herencia entre generaciones, con el surgimiento del capitalismo, la familia de la clase obrera asumió la función de proporcionar al sistema una oferta abundante de mano de obra.

Los avances del movimiento de liberación de las mujeres en la década de 1960 han tenido un efecto duradero en la sociedad y esa es la razón por la que la derecha se ha pasado los últimos 40 años atacando todas esas conquistas de los movimientos de mujeres. También por ello, el feminismo en sí ha sido objeto de agresiones, que intentan ridiculizar a las feministas como un grupo de mujeres resentidas, egoístas y sin sentido del humor, a las que no les gustan los hombres, ni resultan atractivas para ellos y por todo ello se pasan la vida inmersas en una mentalidad victimista, imaginando ver ataques sexistas por todos lados.

Tenemos que defender el feminismo por principio, como defensa de la liberación de la mujer y en oposición al sexismo. ¿Cuál es la definición de feminismo?: la defensa de los derechos de la mujer en el terreno de su igualdad política, social y económica. No podemos basar nuestra vida en simplemente casarnos y ser las amas de casas perfectas que nos quieren imponer, somos mayoría en el globo terráqueo aunque mujeres en el hogar hay un alto porcentaje. Pero nuestra existencia no es en vano, debemos aprovechar al máximo nuestro rol fundamental en la sociedad y que nuestra existencia tenga sentido y propósito. Nosotras podemos ser madres, esposas, novias y aun así tener éxito en cualquier ámbito que nos desempeñemos.

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