Muchas veces las mujeres nos
vemos obligadas a que todo salga perfecto.Sentimos que nuestra responsabilidad ante la vida es complacer a tod@s y que no
tenemos permitido equivocarnos al hacerlo. Creemos que nacimos para ser
una “máquina” programada a la perfección, sin posibilidad de manifestar emociones
que demuestren fragilidad; sin oportunidad de elegir lo que nos gusta porque
vivimos por y para los demás. Y como nosotras pensamos así, intentamos que los
otros también actúen de la misma forma, ya que eso “sería normal”,
No es cuestión que nos conformemos con cualquier persona pero sin darnos cuenta nos vamos transformando en mujeres muy exigentes con nosotras mismas y con los demás, y esa exigencia va creciendo con el tiempo. Ser exigente es bueno, pero serlo demasiado no lo es tanto…
No es cuestión que nos conformemos con cualquier persona pero sin darnos cuenta nos vamos transformando en mujeres muy exigentes con nosotras mismas y con los demás, y esa exigencia va creciendo con el tiempo. Ser exigente es bueno, pero serlo demasiado no lo es tanto…
Sin embargo, hay que saber
discernir entre las exigencias aceptables y entre aquellas que lo exceden. Está
bien poner normas a la hora de escoger a quién queremos a nuestro lado y a
quién no, pero ¿segura que son posibles de alcanzar? Vayamos despacio. Cuando
eres joven (o madura) inteligente, esforzada, independiente y atrayente, se busca
un hombre que esté a la “altura”, que también sea portador de características similares
a la nuestra y no estaremos bajo ningún concepto,
pretendiendo demasiado, aunque posiblemente se pueda tener dificultad en
encontrar una pareja adecuada (ya que son pocos los hombres con tantas
cualidades) y no son raras las
situaciones en que algunos familiares, especialmente cuando la mujer acostumbra
a rechazar pretendientes que considera “inferiores”, le suelen decir que si continua alejando a los hombres
terminara por quedarse sola, que es mejor no ser tan exigente y aceptar el
cortejo de tal hombre, “que es bueno y a quien ella gusta, aunque no tenga
tantas cualidades”. Aclaro que buscar
la excelencia, no es perfeccionismo.
Por ser una mujer feministas
tienden a pensar que soy una mujer con expectativas tan altas que “jamás” voy a conseguir una persona que
pueda cumplir con todo lo que deseo pero realmente las relaciones de pareja son
ambientes en los cuales las personas podemos desarrollar al máximo nuestras
virtudes y perfilar nuestra personalidad. Siempre debemos darnos la oportunidad
de llevarlas adelante en un clima de armonía y felicidad interior, de esta manera
podremos construir relaciones felices y llenos de oportunidades para ambos. Soy una mujer de carácter maduro en la
capacidad de transmitir paz aún en medio de las tormentas y cuando
comenzamos a disfrutar de la vida, dejamos de ser unas mujeres híper exigentes y
empezamos a ser mujeres de paz. Recuerda que la vida se pasa muy rápido,
por eso tienes que aprender a disfrutarla.
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